¿Cómo encontrar un buen educador canino, etólogo o adiestrador?
A la hora de buscar un buen educador canino, es normal andar un poco perdido. La gente suele preguntar en el parque, o en su centro veterinario, pero no siempre es fácil ir a dar con el profesional adecuado. Cada adiestrador, educador canino o etólogo tendrá su propio estilo, pero hay unas premisas básicas que siempre deberían cumplirse. Si no, ese profesional no es recomendable y no debemos dejar a nuestro perro en sus manos.
El problema de ir a dar con un educador canino inadecuado Quizás alguien pueda pensar que no hay tanta diferencia entre educadores caninos, que al final todos hacemos lo mismo y que, bueno, “cada maestrillo tiene su librillo” pero tampoco puede ser tan distinto uno de otro.
La realidad es bien diferente: un mismo problema de conducta en un perro puede 1- resolverse, 2- mantenerse igual o 3- agravarse al pasar por las manos de un educador canino, un etólogo o un adiestrador. Por cierto, sobre la diferencia entre etología, educación canina y adiestramiento tenéis este otro post que aclara cualquier posible duda.
Cuando esto ocurre, se dan dos situaciones que, a mi parecer, son muy graves:
- El perro sufre - El propietario también
Y aún una tercera situación más:
3- El propietario pierde la confianza en los adiestradores, etólogos o educadores caninos en general y empieza a pensar que son todos unos saca-cuartos.
Lamentablemente, estos tres puntos se dan más veces de las que deberían. Y más allá de buscar culpables, creo que lo sensato es darle pautas a la gente para que sepa distinguir, a primera vista, quién va a ofrecerles un servicio mediocre.
Cómo NO dejar a nuestro perro en manos de un MAL profesional de la educación canina En ocasiones, es complicado modificar un comportamiento porque el ambiente en el que vive el perro no permite hacer una terapia adecuada. Por ejemplo, un perro muy miedoso y muy sensible a los ruidos difícilmente logrará seguir un tratamiento exitoso en el centro de una gran ciudad.
Ahora bien, aunque el éxito total nunca está garantizado (igual que ocurre en cualquier terapia psicológica con personas), siempre se puede esperar que el problema no empeore con los consejos de un etólogo, un educador canino o un adiestrador. Si esto no es así, algo está fallando.
Cada profesional de la educación canina empleará sus propias técnicas, su propio sistema y su propia intuición para pautar el mejor tratamiento/plan de entreno canino. Pero todos deberían cumplir unos requisitos básicos.
Preguntas clave antes de contratar a un educador canino, etólogo o adiestrador
1- ¿Qué tipo de formación has recibido?
No vale con haber hecho un cursillo de educador canino. Como en cualquier otra profesión, antes de ejercer hay que haberse formado ampliamente.
A esta pregunta cualquier buen profesional debería responder con varios nombres de maestros referentes, varios seminarios y, probablemente, varios centros o escuelas de formación.
2- ¿Cuánta experiencia práctica tienes?
En la educación canina, el adiestramiento o el entreno canino en general, hay que saber la teoría, pero también tener la práctica.
Como en cualquier otra profesión, no vale ponerse a resolver casos difíciles sin haber resuelto antes unos cuantos más sencillos o bien haber estado trabajando de la mano de un profesional con reputada experiencia que nos haya hecho de guía.
3- ¿Qué métodos utilizas? ¿Encajan con el tipo de relación que quiero tener con mi perro?
Es muy importante que el profesional que nos guía en un entreno canino o en una terapia de modificación de conducta nos proponga actividades y pautas que encajen con una idea de relación positiva con nuestro perro.
4- ¿Mi perro se siente a gusto?
Si nuestro perro sufre en las sesiones de entreno o de modificación de conducta, no hay duda de que hemos ido a topar con el profesional inadecuado.
¿Dónde encontrar un buen profesional? Para esta pregunta, lamentablemente, no hay una respuesta rotunda. Por desgracia, no existe un directorio de educadores caninos fiable. Y, además, dependerá mucho de dónde vivamos con nuestro perro.
Aún así, la mejor referencia es, como siempre, la de otras personas de nuestra confianza que nos recomienden un centro de educación canina determinado o una persona concreta. Con eso, y teniendo claras las preguntas anteriores, seguramente acertaremos en la elección.